BY SOFO ARCHON
Ciertas personas son invisibles. Existen y no existen al mismo tiempo. Se ven a menudo cuando caminamos por las calles. Sin embargo no los miramos. Si los miramos, es a penas por un segundo pero, es como si no estuvieran ahi. Nuestra atencion anda por otros rumbos.
Les hablo de los habitantes de calle.
Aunque fuese posible proveerle un hogar a todos los seres humanos, se estima que alrededor de 150 millones de personas no tienen un hogar. Incluso en algunos de los países más ricos, se estima que cientos de miles de personas andan por las calles sin un hogar. En los estados unidos mas de 500000 personas viven en las calles. A la vez, en este pais, aproximadamente 18 millones de casas estan desocupadas.
Esta es una de las realidades más locas y perturbantes de nuestra epoca. Pero a nadie parece importarle. La mayoria de las personas piensan que esta situacion es normal. Que es natural y que no se puede evitar. Algunos incluso piensa que son los habitantes de la calle los culpables de no tener un hogar. Desde su punto de vista, ellos son simplemente perozosos e improductivos. Personas que no tienen metas ni aspiraciones. Por lo tanto, se merecen la vida que estan viviendo.
Sin embargo, segun los estudios. Las personas sin hogar generalmente son personas desfavorecidas que provienen de entornos socioeconómicos bajos y han sido gravemente traumatizadas. Son personas que nunca recibieron el apoyo emocional, intelectual y financiero necesario para competir y tener éxito en nuestro feroz sistema económico. No eligieron fallar, se vieron obligados a hacerlo.
Las personas sin hogar son víctimas de la violencia. A la mayoría de nosotros nos cuesta entender esto. Esto se debe a que cuando escuchamos sobre violencia, tendemos a pensar en ella como un acto directo de violencia entre seres humanos. Por ejemplo, un hombre disparando a otro hombre con una pistola es un acto de violencia. Este tipo de violencia pertenece a la categoría de violencia interpersonal. Pero hay otra forma de violencia que es más sutil y más difícil de comprender. Se llama violencia estructural, y se define como “violencia, muerte y sufrimiento prevenibles generadas por las instituciones creadas por el hombre, específicamente la desigualdad socioeconómica.”
Imagine que nació en uno de los barrios más pobres y violentos de su país. Creciendo en circunstancias desafortunadas, fue víctima de abuso físico y sexual varias veces durante su infancia. Para lidiar con la dura realidad en la que estaba inmerso. Recurrio al alcohol y sustancias psicoactivas. Que en su adolescencia desarrollo una adicción a las drogas que pronto resultó en esquizofrenia. Un trastorno mental debilitante que le impidió completar su educación y encontrar un empleo. Incapaz de conseguir un trabajo y sin tener acceso a un apoyo financiero para ayudarlo, a los 16 años no tuvo otra opción que deambular por las calles. Teniendo que encontrar lo que sea para sobrevivir cada dia. Con su salud física y mental deteriorandose poco a poco. Se vuelve imposible escapar de la situación en la que se encuentra.
Esa es la violencia estructural en acción.
Visto de esta manera, ser un habitante de la calle es el resultado directo de un sistema económico injusto e inhumano. En este sistema, las personas tienen que competir constantemente por dinero y recursos. E inevitablemente algunos de ellos ganan mientras que otros pierden. Las personas sin hogar son quizás los mayores perdedores. Para acabar este mal de la sociedad, tenemos que cambiar nuestro sistema económico.
Para hacerlo, tenemos que cuestionar los fundamentos de nuestra sociedad. Eso significa cuestionarse, ya que somos los que colectivamente formamos la sociedad. Pero no nos atrevemos a hacerlo. Tenemos miedo de mirarnos en el espejo y darle sentido al mundo en el cual vivimos y el papel que desempeñamos en él. Porque esto acabaria con la querida ilusion de quienes somos. Entonces, eligimos negar la realidad. Es por eso que ignoramos a los habitantes de la calle. Para evitar enfrentar una verdad que durante tanto tiempo hemos reprimido Como lo expreso el cineasta y crítico social Peter Joseph:
“Las personas sin hogar y los pobres son realmente amenazas para la forma en que la mayoría desea pensar sobre el mundo. Son amenazas a la forma en que la mayoría desea pensar sobre sí mismos. Son los espejos negros de la sociedad, que reflejan la gran negación de nuestra incompetencia humana. Reconocerlos es admitir una falla trágica. En consecuencia, la gente hace todo lo posible para fingir que esos fantasmas que acechan alrededor de ellos realmente no existen en absoluto.”
La próxima vez que pase al lado de personas sin hogar. Lo ruego que no desvíe su mirada de ellos tan rápido. Si es posible, quédese observandolos por un tiempo. Intente ponerse en sus zapatos y sentir cómo se sienten. Imagine lo que deben haber pasado para haber terminado viviendo en las calles y todas las dificultades que deben soportar a diario. Para terminar, considere lo que podríamos hacer como sociedad para aliviar su sufrimiento y si hay algo que pueda hacer personalmente para ayudar a lograrlo.